domingo, 7 de agosto de 2011

Continuando con las características de estos tiempos

Puede ser útil comparar las ideas rectoras de la Modernidad, algo que diversos autores concuerdan en afirmar que comenzó a concluir luego de la década de 1950. La Modernidad se caracteriza por la confianza en el Progreso, por la búsqueda de una razón globalizante que dé cuenta del momento histórico y su devenir, la postulación de metas ideales, un fuerte sentido de la vida signada por responsabilidades acerca del mundo, responsabilidad por el otro, aun en el heroísmo, el imperio de la razón. Esta modernidad correspondía a la Industria Capitalista o al capitalismo industrial con sus fabricas, sus organizaciones obreras, sindicales.
La posmodernidad corresponde a un momento histórico diferente que corresponde al Capitalismo Tardío, a una sociedad de consumo, a una sociedad de la informática, de los medios masivos de comunicación a una sociedad de una tecnología sofisticada.
No toda nuestra cultura es posmoderna pero si el posmodernismo es una dominante cultural en nuestros días.
Algunos autores (Marshall Berman, Jurgen Habermas ) no acuerdan en denominar a nuestro momento actual de Posmodernidad pero sí acuerdan en las características que definen a nuestra cultura contemporánea.
Aquí me parece importante incluir a un estudioso de las características culturales posmodernas como es Gilles Lipovetski.
Este autor sostiene que asistimos a una nueva fase en la historia del individualismo occidental y que constituye una verdadera revolución a nivel de las identidades sociales, a nivel ideológico y a nivel cotidiano.
Esta revolución se caracteriza por: un consumo masificado tanto de objetos como de imágenes, una cultura hedonista que apunta a un confort generalizado, personalizado, la presencia de valores permisivos y light en relación a las elecciones y modos de vida personales.
Estos cambios, novedosos a nivel de la cultura y los valores morales implican una fractura de la sociedad disciplinaria (tan bien analizada por Michel Foucault) y la instauración de una sociedad mas flexible "basada en la información y en la estipulación de las necesidades, el sexo y la asunción de los "factores humanos", en el culto a lo natural, a la cordialidad y al sentido del humor"
La cotidianeidad tiende a desplegarse con un mínimo de coacciones y el máximo de elecciones privadas posible, con el mínimo de austeridad y el máximo de goce, con la menor represión y la mayor comprensión posible.
Poder planificar una vida "a la carta". Esta sería la utopía de los tiempos posmodernos como el mito, tal cual lo señala Lipovetski, no sería Prometeo como en la Modernidad, sino Narciso.
La sociedad disciplinaria si bien correspondía a un sistema político democrático era de tipo autoritario. Se tendía a sumergir al individuo en reglas uniformes, en eliminar lo máximo posible las elecciones singulares en pos de una ley homogénea y universal, la primacía de una voluntad global o universal que tenia fuerza de imperativo moral que exigía una sumisión y abnegación a ese ideal.
En el contraste se ve la diferencia. Lo interesante de pensar es que la Modernidad plasmada como sociedad disciplinar constituyó una subjetividad y una forma de ejercer un control de esta subjetividad. Como lo señala M.Foucault el control de las mentes y las conciencias permitió el control sobre los cuerpos y las prácticas sociales de los sujetos.
La posmodernidad no implica una liberación del control social. La posmodernidad no nos libera de una estrategia de control global. La manera de ejercer dicho control varía.
Ahora dicho control se ejerce a través de la seducción, de una oferta de consumo, de objetos o de imágenes, consumo de hechos concretos o de simulacros.
La cultura posmoderna es en definitiva una pluralidad de subculturas que corresponden a diversos grupos sociales y que adquieren su propia legitimación a existir y a coexistir con otras subculturas con igual o similar reconocimiento social.
Dice G.Lipovetski:" la cultura posmoderna es descentrada y heteróclita, materialista y psi, porno y discreta, renovadora y retro, consumista y ecologista, sofisticada y espontanea, espectacular y creativa; el futuro no tendrá que escoger una de esas tendencias sino que, por el contrario desarrollará las lógicas duales, la correspondencia flexible de las antinomias.
Se diversifican las posibilidades de elección individual, se anulan los puntos de referencia ya que se destruyen los sentidos únicos y los valores superiores dando un amplio margen a la elección individual. Lo interesante es pensar esta lógica no como la aspiración a un paraíso terrenal sino como una nueva forma de control social. La posibilidad de la constitución de una nueva subjetividad tal vez mas controlable que la subjetividad moderna-revolucionaria. Implican nada mas que tecnologías blandas de control..

http://sincronia.cucsh.udg.mx/Adamson.htm

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